sábado, 22 de octubre de 2011

Dulce de membrillo




Cuando llegué a Cambridge desde A Coruña me costó casi un año adaptarme al cambio. Entre todos los objetos (y sujetos) de morriña que nacieron sin que yo me diera cuenta en el momento que aterricé en Heathrow, estaba el dulce de membrillo.

El dulce de membrillo también me remite a los más cálidos recuerdos de mi infancia. Mi mamá compraba jalea de membrillo La Gioconda, y yo me pasaba un buen rato mirando a la señora sin cejas que me sonreía desde la etiqueta del frasco. Y cómo no iba a sonreir... si aquel dulce estaba buenísimo. Seguro que ella también lo había probado. Cuánto añoro a veces esa edad en la que la imaginación podía explicarlo todo, incluso la enigmática sonrisa de la Mona Lisa...

No es que aquí no se consiga el dulce de membrillo. Lo hay, pero no hay mucha variedad, viene en frascos escandalosamente pequeños y es mucho más caro que en España o Argentina (más o menos 100 g a 3 libras, a complete rip-off!, dice Vojti). Pero lo bueno es que aquí hay membrillos por todas partes. Con una ayudita de mis amigos (con jardín) cada mes de octubre preparo nuestras reservas de dulce, nacidas para durar varios meses, y a la vez destinadas a desaparecer muy pronto.

Naturaleza muerta en la mesa de Norton House. Cezánne, un poroto.


Ingredientes

Membrillos
Agua
Jugo de limón
Una chaucha de vainilla (opcional)
Azúcar


Preparación


  • Pelar los membrillos,  quitarles el corazón y las semillas y trocearlos. Con las pieles, los corazones y las semillas se puede preparar jalea de membrillo, pero hoy nos vamos a concentrar en el dulce. Hay muchas recetas para preparar dulce de membrillo. Nosotros aquí contamos nuestra forma de hacerlo, que es solo una de las alternativas posibles. Los membrillos son bastante duros, y pelarlos puede ser difícil. En ese caso, si uno no quiere hacer mucho esfuerzo es mejor hervirlos primero un poquito, y dejarlos enfriar. Luego pelarlos y quitarles el corazón y las semillas. Como nosotros queríamos utilizar vainilla, creímos que era mejor pelarlos y trocearlos antes de hervirlos.

  • A medida que vamos troceando los membrillos, ir introduciendo los trozos en una cacerola con el jugo de limón y un poco de agua. Es mejor utilizar una cacerola de fondo grueso, porque así el riesgo de que el dulce se pegue es menor.  La proporción de jugo de limón va en gusto. Nosotros utilizamos un limón para cinco kilos de membrillo (pesados sin pelar). Una vez que los trozos de membrillo estén en la cacerola, el agua tiene que cubrirlos. Si no es así, agregar un poquito más de agua hasta que así sea.

  • Agregar la chaucha de vainilla si se quiere. Nosotros preparamos esta receta con y sin vainilla, y así nos quedan dos variedades.


  • Hervir los membrillos hasta que estén tiernos, como si fuera una compota.

  • Escurrirlos, triturarlos y pasarlos por el pasapuré.

  • Pesar el puré de membrillos.


  • Colocar en la olla vacía el puré de membrillo y la mitad de su peso en azúcar. Por ejemplo, si pesamos 400 g de puré de membrillo, agregamos 200 g de azúcar. Mezclar bien con una cuchara de madera. Es recomendable utilizar azúcar especial para conservas, cuyos cristales son más grandes. Esto hace que se disuelvan más lentamente y que no se queden en el fondo.

  • Calentar a fuego lento, revolviendo constantemente hasta que el dulce vaya tomando su color característico y la consistencia adecuada. Tener en cuenta que cuando el dulce se enfríe quedará más duro, por lo tanto la consistencia ideal es más blanda que la que tenemos como objetivo final. Es la consistencia de una pasta. Un buen truco es soltar la cuchara un momentito y ver si se mantiene más o menos erguida.


    Atención: Tener mucho cuidado porque a veces el dulce "salta" y nos puede salpicar y quemarnos. Si esto ocurre es porque el fuego está muy fuerte, y por lo tanto hay que bajarlo. Sin embargo, es recomendable cubrir los brazos y mantener la cabeza lejos de la cacerola. Yo uso anteojos porque siento que mis ojos están mejor protegidos, pero algunos no quieren cocinar con anteojos porque se empañan. Estar siempre atentos.



  • Cuando alcancemos el punto deseado, dejar enfriar el dulce un poco. Luego colocarlo en un recipiente mojado con un poquito de agua. 





  • Dejarlo enfriar completamente y luego guardar en la heladera. Una vez frío se puede desmoldar y cortar como lo deseen. 

lunes, 10 de octubre de 2011

Linguine con salsa "casi carbonara"



Si alguna vez viniste a Norton House a almorzar o cenar, seguramente habrás conocido la especialidad de la casa: Linguine a la carbonara. Y si no, te invitamos a probarla en casa. Es una receta rápida y deliciosa. Cuenta la leyenda que Vojti aprendió esta receta de una ex-novia. En otras circunstancias yo hubiese prohibido en todo mi reino (o en mi "república independiente") la preparación de este plato. Sin embargo, es tan pero tan rico, que nunca me he tomado el trabajo :)
Esta entrada del blog originalmente se llamaba "Linguine a la carbonara", pero me dijo mi amiga Emilia, que es italiana, que la salsa carbonara no lleva ni tomate ni champiñones. Vaya a saber por qué esta receta los lleva. Tal vez Vojti se haya inventado eso de la ex-novia italiana...


Ingredientes 


Para dos personas con buen apetito

350 g de linguine
8 champiñones frescos grandes
4 tomates grandes
8 fetas (lonchas) de pancetta
1 huevo
aceite de oliva
queso parmesano
sal


Preparación

  • Calentar un poquito de aceite de oliva y agregar la pancetta cortada en tiritas de 2 cm. 
  • Cuando esté crujiente agregar los champiñones cortados en rodajas más o menos finas y los tomates cortados en cuartos de rodajas.
  • Sazonar con sal.
  • Dejar cocer a fuego moderado hasta que los tomates pierdan un poco su forma y se haya evaporado algo del líquido. El aspecto tiene que ser el de una salsa de tomate. Reservar.




  • Aparte, cocer la pasta en abundante agua salada. Escurrirla cuando esté cocida un poquito más dura que al dente, porque al agregarla a la salsa la vamos a terminar de cocer por unos minutos.
  • Una vez que la pasta está escurrida, agregarla a la sartén u olla en donde preparamos la salsa junto con un huevo.
  • Volver a colocar la preparación sobre la hornalla y revolver mezclando hasta que el huevo cuaje, aproximadamente 2 minutos.






  • Una vez servida, espolvorear con queso parmesano rallado.
Una nueva receta con solo hacer un pequeño cambio

Linguine con setas y pollo. Una día agregamos unos dados de pechuga de pollo después de la pancetta. Los doramos y luego bajamos un poco el fuego. A continuación agregamos setas shiitake en lugar de champiñones. Y luego los tomates, y seguimos todos los pasos de la receta de la "casi carbonara". Fue un éxito.

¿Cuál es tu salsa preferida para pasta? ¡Contanos!